Buenos días, tardes o noches (agosto 2k19)
5 de agosto del 2019, me levanté a las 9:30, desayuné, me preparé y me aveciné hacia el colegio donde la asociación ANA. Una vez allí, entramos, cogimos los materiales necesarios y fuimos a la clase que nos tocó es día. Empezamos fuerte, nos pusieron los niños con mayor grado de autismo, para esta clase preparamos una manualidad de hacer una careta de dinosaurio con un plato de cartón y una pajita. Todos los niños consiguieron terminar su careta con ayuda de los voluntarios. Esta clase yo diría que fue la que más me dio impresión. Tenias que ayudarlos y cogerles la mano para pintar con las ceras o rotuladores, les costaba mucho concentrarse y algunos mientras pintaban tenían que levantarse y dar un paseo para desestresarse. El siguiente día hicimos unos conejitos y unos gatitos con tubos de papel higiénico, salió muy bien la manualidad ya que esta clase sí que tenía capacidad de pintar por sí solos y tuvimos tiempo para hacer dos figuritas. El tercer día estuvimos con los de nivel más avanzado y es pusimos la manualidad más difícil, una serpiente con palos de helado que se puede mover y girar. Esta clase fue con la que más tiempo estuvimos porque tenían que pintar con acrílicos, esperar a que se secaran y después montarlos. El cuarto día, nos toco con unos niños de alrededor 5 años y con ellos hicimos unas orugas con unos cartones de huevos, para esta manualidad llevamos las antenas y los cartones, una vez allí pintaron también con acrílicos los cartones, se secaron un poco, montamos las antenas y pegamos los ojos saltones que habíamos traído de casa. El ultimo día nos tocó con los niños más pequeños, con ellos hicimos una manualidad que creíamos fácil, pero que no salió como esperábamos. Los niños tenían que manchar su mano con pintura acrílica y poner en los folios pintura haciendo como si las manos fueran peches, pero los niños movían mucho sus manos y los peces no salieron muy bien.
Durante este proyecto aprendimos muchas cosas que no sabíamos, no estudiamos el autismo en profundidad, pero estuvimos trabajando con niños con esta enfermedad y llegamos a comprender algo del comportamiento de ellos y cómo actuar. Por ejemplo, el primer día se me echó una niña encima y me empezó a estirar del pelo, cuando sucedió esto todos los voluntarios expertos ya sabían qué hacer así que con ayuda de ellos soltaron la mano de la niña con suavidad. Otra anécdota seria que muchos de los niños se hacían daño a sí mismos, se mordían, se pegaban, etc. Hubo una niña que le tuvieron que poner un protector de la cabeza.